La cocina del erizo de mar en Europa Mediterránea, aunque sencilla y no muy variada, es una muestra del gran aprecio que desde tiempos inmemoriales han tenido por este sabroso equinodermo los habitantes de las riberas del Mare Nostrum, especialmente en las costas ibéricas, del sur de Francia, Italia o Grecia.
“El erizo es un extracto de mar, un hálito de borrasca, una esencia de tempestades. Al primero que uno se toma, la boca no se le hace simplemente agua: se le hace agua de mar, con todos los olores y los sabores marinos. Y después de tomarse quince o veinte docenas –porque el tomar este marisco no es comer ni beber, sino respirar en pleno océano-, la más fina langosta le sabrá a uno a galápago y las mejores almejas a neumático de automóvil.
No hay marisco alguno que sintetice el mar de un modo tan perfecto como el erizo, ….”.
Julio Camba, La casa de Lúculo o el arte de comer.